Variabilidad de la demanda: 5 medidas a tomar en tiempos de crisis

COVID-19 tomó al mundo por sorpresa. La pandemia ha tenido un profundo y perturbador impacto en la economía mundial y ha hundido las cadenas de suministros mundiales en aguas desconocidas una vez más. Es el típico «cisne negro», un evento impredecible con consecuencias potencialmente graves.

 

Sin embargo, un atributo único de esta crisis que la distingue de otras en los últimos años es su efecto universal tanto en la demanda como en la oferta. Tanto las empresas como los consumidores están reorganizando sus actividades y gastos, lo que provoca cambios radicales en la demanda. Tanto los productos de atención de la salud como los productos de consumo habitual están experimentando fuertes e inesperados picos de demanda a medida que los consumidores entran en pánico al comprar, debido a los cierres regionales y al temor a la escasez.

Por el contrario, muchos proveedores de bienes de consumo duraderos y de equipo industrial están experimentando una fuerte disminución de la demanda, principalmente debido a la ralentización del transporte mundial y a la escasez de mano de obra por motivos de salud. Si no se gestionan adecuadamente, estas variaciones pueden suponer un aumento de los costos, una disminución de los ingresos, un aumento del riesgo y una reducción de los márgenes de beneficio.

 

El desafío de la variabilidad de la demanda

La variabilidad de la demanda figura sistemáticamente como uno de los principales desafíos que afectan a la gestión eficaz de la cadena de suministros en todos los niveles de madurez. La volatilidad, incertidumbre, complejidad y la ambigüedad son las cuatro causas principales de la variabilidad de la demanda. Para muchos líderes de la cadena de suministros, esto presenta el enorme y potencialmente costoso reto de lidiar con lo que se conoce como el «efecto bullwhip».

Cuando se producen grandes cambios en el inventario debido al pánico en las compras, el impacto de esta demanda repentina se magnifica a medida que se mueve hacia arriba en la cadena de suministros. Las estanterías vacías de las tiendas provocan aún más pánico en las compras, los minoristas pierden ventas potenciales, los distribuidores se apresuran a determinar quién debe recibir qué de un producto en particular, y los fabricantes se ven inundados por estos repentinos e inesperados picos de demanda.

Así pues, cuando el mercado señala un fuerte aumento de la demanda, especialmente en tiempos de crisis mundial, la rentabilidad de los líderes de la cadena de suministros depende de que estén informados y sean lo suficientemente ágiles como para prever y completar el inventario en los lugares adecuados, a la velocidad adecuada y en el momento oportuno. Lamentablemente, con algo como COVID-19, incluso los mejores planes de contingencia pueden resultar inadecuados.

He aquí cinco medidas a corto plazo para mejorar sus planes de gestión de la variabilidad de la demanda en esta época de incertidumbre:

 

1. Mantener relaciones transparentes y proactivas con sus proveedores.

Asegurarse de que sus principales proveedores tengan plena visibilidad en su demanda proyectada, preferiblemente en tiempo real, para asegurar el inventario de las existencias de seguridad del edificio. Tener una buena visibilidad tanto de la demanda como de la oferta permite a una organización gestionar las señales de la demanda con mayor precisión, responder a las solicitudes de los clientes con mayor rapidez y suavizar los efectos de la variación de la demanda.

 

2. Activar fuentes de suministro alternativas.

Si tiene insumos clave de múltiples fuentes, actúe con rapidez para activar las relaciones con los proveedores secundarios y asegurar una capacidad e inventario críticos adicionales. Explorar posibles oportunidades de establecer reservas de recursos compartidos para el inventario de materias primas.

 

3. Reducir los plazos de entrega.

Los largos plazos de entrega aumentan la probabilidad de que se produzca un efecto «bullwhip», por lo que hay que encontrar formas de reducir los plazos de entrega de las fuentes de suministro. Le permite reaccionar rápidamente a la demanda cambiante.

 

4. Actualizar la política y planificación del inventario.

Aunque la revisión oportuna y los ajustes proactivos de los tres amortiguadores -inventario, tiempo y capacidad- aseguran un mejor manejo de la variabilidad de la demanda, la mayoría de las empresas no dispondrán de amortiguadores de inventario para la magnitud de la perturbación causada por la epidemia de COVID-19. Por lo tanto, considere cómo perfeccionará su estrategia de inventario para mitigar los riesgos de una posible escasez de suministros.

 

5. Alinear la gestión de la oferta y la demanda.

Equilibrar y alinear la gestión de la demanda con la gestión de la oferta permite que ambas funciones se ajusten rápidamente a la nueva realidad, ya sea un aumento repentino de la demanda o una interrupción inesperada de la oferta.

La volatilidad de la demanda desencadenada por acontecimientos macro como la crisis del coronavirus afecta a todos los eslabones de la cadena de suministros mundial, desde la adquisición de materias primas hasta el establecimiento de niveles de existencias de seguridad y la planificación de la logística. Una reacción precipitada de muchas empresas en tiempos de interrupción de la cadena de suministro es utilizar una respuesta de «extinción de incendios» para cumplir con los niveles de servicio.

Estar preparado para todo, sin embargo, significa que se puede responder eficazmente a los acontecimientos críticos para eliminar las costosas actividades reaccionarias en tiempos de interrupción. Por lo tanto, es vital asegurarse de que todas las piezas del rompecabezas de la cadena de suministros encajen perfectamente.

 

CONSULTE el siguiente caso de estudio para averiguar cómo TRACC está ayudando a Kellogg’s América Latina a cosechar los beneficios de una cadena de suministros impulsada por la demanda.